Un niño que este junto a alguien que este fumando, se convierte en un fumador pasivo y como consecuencia a largo plazo, puede presentar:
- Infecciones respiratorias.
- Retardo en el crecimiento.
- Afecciones de oído.
- Alergias.
- Asma.
- Alteraciones neurológicas del comportamiento.
- Más probabilidades de padecer cáncer cuando sea adulto.
Es por ello, que los padres deben ser conscientes de los daños que causa fumar frente a los hijos. Pues, el humo de cigarro contiene sustancias como el monóxido de carbono o el alquitrán que dañan en gran manera la salud.
Fumar es un hábito muy dañino, tanto para el fumador, como para el fumador pasivo (toda la familia que no fuma).
Por otro lado, fumar frente a los niños los predispone a ser fumadores en un futuro no muy lejano. Pues, en ellos se forma la idea de que es algo “normal” y estos, al crecer también lo harán porque “así veían a su papá (mamá) que lo hacía”.
La recomendación será: no fume, hágalo por su salud y por la de sus hijos.