Una alta ingestión de sal aumenta su riesgo de padecer hipertensión (presión alta), una “enfermedad silenciosa” que no solo contribuye a los ataques al corazón, sino que, si no se controla, puede causar la muerte.
Y ¿que relación existe entre la sal y la hipertensión arterial? ¿De qué manera afecta la sal en la hipertensión?
- Al consumir altos niveles de sal (sodio) se producen una retención de líquidos en el organismo.
- Lo que provoca un aumento de la cantidad de sangre y por consiguiente, una mayor presión sobre las arterias.
Aunque algunas personas pueden comer un poco más de sal si padecer ninguna consecuencia, sin embargo, la mayoría necesitamos minimizar nuestro consumo de sal. La obesidad y la herencia también influyen.
Más del 50% de nuestro consumo de sal proviene de los alimentos comerciales, así que cuando compre es importante buscar productos pobres en sal o “sin sal”.
¿Qué hacer para no sufrir los efectos de la sal en la hipertensión arterial?
- Disminuya paulatinamente la sal de la cocina y de la mesa, verá que después de unos días ya no la extrañara.
- Recuerde que la cantidad máxima recomendada es de 2 o 3 g de sal al día.
- Aprenda a cocinar con poca sal y disfrute el sabor de los alimentos.
- Evite tener el salero cerca de la mesa.
- Use hierbas como perejil, albahaca, orégano y otras especias para reemplazar la sal de una manera natural.
- Las conservas, los embutidos y los encurtidos son los alimentos que más contiene sal, se recomienda disminuir su consumo, así como de mayonesa, mostaza y cátsup.
- Cuando compre opte por aquellos productos bajos en sal, como queso, pan, margarina, mantequilla, botanas, carnes frías, productos enlatados y salsas.
- No añada sal a los alimentos de su bebé o de sus hijos.