Todo depende de que tan acostumbrado este su cuerpo al agua fría. Si todo el año, se ha estado bañando con agua fría, no se sentirá mucho el cambio de clima cada vez que se bañe. Pero, si nada más se baña con agua fría cuando hace mucho calor y sudo mucho, no se recomienda bañarse con agua fría en épocas de frio. Opte por agua tibia o caliente.
Algo que también se puede hacer, y va muy bien para el cuerpo, es alternar agua fría con caliente, o terminar la ducha con agua fría. Por ejemplo: báñese con agua calientita y al terminar aplique 1 minuto de chorros de agua fría en todo su cuerpo, pero sobre todo en las piernas.
Bañarse con agua fría en invierno:
- Ayuda a estimular las defensas del cuerpo, por lo que, nos hace más resistentes a enfermedades, como la gripe y los resfriados.
- Nos da una sensación de sentir más energía física, lo que nos ayudará a desempeñar mejor nuestro trabajo.
- Ayuda a combatir el cansancio.
- Ayuda a activar la circulación, previniendo así, las várices y la antiestética celulitis
- Contribuye a tonificar los músculos, por lo que podemos evitar la flacidez de la piel, en especial la de los senos, glúteos y cutis, además de que les provee firmeza.
- Cierra también los poros de la cara.
Pero, una vez más le reiteramos, que si está acostumbrado a bañarse con agua fría, no le sucederá nada a su salud, pero si no tiene la costumbre de bañarse con agua fría, o solo lo hace de vez en cuando, mejor hágalo con agua caliente.
Por cierto, la mente juega un gran papel, pues es malo si entra a bañarse con agua fría pensando que está muy fría o que se va a enfermar, pues eso sucederá. Así, que si quiere bañarse con agua fría y disfrutar de sus beneficios y no de sus consciencias, mentalícese primero.