





El público infantil es el principal objetivo de las grandes marcas de comida, y a ellos se dirige un elevado número de anuncios publicitarios. Los productos que más se anuncian y los atrapan son aquellos que NO nutren y causan obesidad como:
- Pizzas.
- Hamburguesas.
- Frituras.
- Dulces.
- Chocolates.
- Refrescos.
- Sopas instantáneas.
- Postres.
- Bebidas azucaradas.
- Cereales azucarados.
- Bollería.
- Lácteos dulces… etc.
Mientras que los productos de alta calidad nutricional, como frutas o verduras, cereales, o el consumo de alimentos frescos, casi no son mencionados. Aunque de vez en cuando los gobiernos lanzan campañas para promocionarlos. Pero, siempre acaban ganando los productos que dejan grandes cantidades de dinero a los empresarios, a costa de que los niños queden con carencias nutricionales.
Los anunciantes suelen recurrir a distintas estrategias para “convencer” a los niños a consumir más sus productos. Así, el bombardeo que los niños reciben todos los días en la televisión hace que instan a los padres hasta obtener el producto deseado.
Así vemos que, la televisión promueve una alimentación inadecuada, y lo malo es que, si desde pequeños se acostumbran a una alimentación no sana, es muy probable que cuando sean grandes sigan teniendo los mismos hábitos alimenticios.
Así, que si juntamos el sedentarismo y la publicidad de comida (casi toda engordante) tenemos como resultado: obesidad infantil.
Si exhorta a los padres a tener mayor cuidado con sus hijos en la alimentación, y desde pequeños enseñarles bueno hábitos alimenticios. Dese tiempo, se ahorrara muchos problemas de salud.