





El secreto de una piel tersa, suave y libre de impurezas, es un buena limpieza diaria, combinada con la aplicación de tonificantes y masajes. Aquí sugerimos que esta rutina se emplee dos veces al día: por la mañana antes de meterse a la ducha y por la noche antes de meterse a la cama.
Rutina diaria de limpieza facial
El proceso a seguir en ambos casos es el siguiente:
- Cúbrase con una toalla o con una gorra especial el cabello, y descubra sus hombros hasta donde empiezan los senos, con el objetivo de incluir en el tratamiento todo el cuello.
- Quítese todo el maquillaje superficial –por la noche-. Utilice alguna crema especial para ello o recurra a uno casero (leche, yogurt, miel…).
- Proceda después a limpiar más profundamente su piel con una limpiadora adecuada a su tipo de piel (hay productos en forma de crema, loción, pasta, jalea, etc.) y vuelva a retirarlos con algodones humedecidos en suero.
- Échese cuando menos 5 veces puñados de agua tibia de la llave –no fría ni caliente- sobre el rostro y el cuello.
- Seque con una toalla limpia.
- Aplique la crema de noche, antes de acostarse, o la crema humectante para el día, por la mañana, con movimientos rotatorios de las yemas de sus dedos ascendentes, que se inicien en la base del cuello y terminen en la frente.
- Termine con una serie de golpecitos dados con las yemas de los dedos, para activar la circulación.
- Enjuague su rostro con pañuelitos desechables, para quitar el exceso de crema.
- Aplique crema suavizante y humectante en sus hombros y manos.
Recuerde que la crema de noche debe ser tonificante y nutritiva, y la crema de día debe ser humectante y protectora.