De acuerdo a algunos estudios de estima que el 35 por ciento de las muertes por cáncer tienen relación y pueden atribuirse a una mala dieta. Diversos estudios epidemiológicos han demostrado esta relación, llegando a establecer (asociado al cambio en la dieta) que los emigrantes tienden a adquirir el riesgo de cáncer del país de adopción en dos o tres generaciones.
Toma en cuenta lo siguiente, entre que debes y no debes hacer a la hora de elaborar tus menús y mejorar la salud.
¿Cómo evitar que la mala alimentación influya en el desarrollo del cáncer?
Limita el alcohol
- Cuanto mayor es su consumo, mayor riesgo hay de padecer cáncer de boca, laringe, hígado y colon.
Consume menos sal
- Se ha demostrado que las poblaciones con dietas ricas en sal tienen altos índices de cáncer de estómago.
Cuidar la carne que se come
- Disminuye el consumo de carnes rojas y grasas animales. No te pases con los embutidos, retira la piel del pollo y busca quesos que no sean excesivamente grasos.
Cocina de forma sana
- No uses excesivas grasas animales para cocinar, como la mantequilla o la manteca. Elige los aceites vegetales de calidad, como el aceite de oliva, pero en su justa medida.
Toma leche
- Todos los lácteos que queramos, de preferencia y mejor desnatados.
Cuida que no subas de peso
- La obesidad se asocia a canceres de endometrio, riñón y mama.
Evita freír
- Sobre todo con el aceite muy caliente. Es mejor no reutilizar el aceite. Es preferible cocinar al horno o al vapor.
No comas o prepares alimentos en trastes quemados
- A altas temperaturas, los alimentos generan sustancias cancerígenas.
En sí, todos los alimentos que contengan exceso de colorantes, educolorantes, conservadores, saborizantes, precocidos, refrescos, pan y galletas industriales…etc. pueden influir en padecer cáncer a la larga. Por lo que se aconseja comer lo más natural posible (alimentos alcalinos) y evitar lo más que se pueda la mayoría de los alimentos procesados industrialmente (alimentos que hacen que la sangre sea ácida).