





Claro que es malo o mejor dicho, perjudicial. Golpear con frecuencia la pared, a la larga, causara daños irreversibles a los nudillos, pero también, se corre el riesgo de causar fisuras a los huesos del puño, dolor, falta de movilidad y de flexibilidad. Golpear sobre una superficie solida hace que el impacto no solo sea absorbido por el puño, sino también por la muñeca, codo y hombro.
Es totalmente desaconsejable la práctica de golpear la pared, si quiere golpear, mejor compre un costal de box, y golpee sobre ella, nunca sobre una superficie sólida.
No trate de impresionar a nadie, pues a futuro el impresionado será usted, cuando comience a sufrir las consecuencias de golpear la pared con la mano y de su necedad.
Si sufre de mal humor, irritación o se enoja fácilmente a modo de descargar su coraje dando un puñetazo a la pared, le aconsejamos buscar ayuda, para recibir alguna terapia para mejorar su carácter.
Por su bien y por su salud, evite golpear la pared.